Las coles de Bruselas son menos amargas que hace 20 años.
Hace 20 años yo intentaba publicar las mierdas que escribía [en papel; era otra época: todavía no se publicaba todo, como ahora]. Sabía que no eran textos sobresalientes, pero sí de calidad suficiente comparados con lo que se publicaba entonces, tanto en poesía como narrativa [disculpen las rimas internas, pero esta noche no me importan nada]. Envíaba poemarios y relatos/novelas a premios donde gastaba mis ingresos en fotocopias y envíos certificados y a editoriales donde entonces se respondía con una carta estándar. Tan sólo tuve la suerte de que un editor me contestara por teléfono y lo que me dijo me quedó grabado: "para publicar no hay que escribir ni bien ni mal, tan sólo cambiar de amigos". Lo peor es que con los años le hice caso: cambié de amigos. Y ya se me quitaron las ganas de publicar nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario